lunes, 28 de marzo de 2016

La cebolla más amada

A medida que fue avanzado el primer mes de este año empecé a observar publicidad en las revistas y periódicos catalanes que anunciaba un producto que desconocía. Los supermercados y restaurantes habían colmado los medios de comunicación, casi de forma invasiva, con una oferta común: Calçots.

A finales del mes de enero leí tanta veces esa palabra que una noche no soporté más y le pregunté a mi novio ¿Qué rayos es un calçots? Y, su simple respuesta fue: “una cebolla”. Ya se podrán imaginar mi rostro de desconcierto y asombro, por lo que agregué en ipso facto: ¿Es la cebolla de la realeza?  

El calçot es un tipo de cebolla alargada y es uno de los platos típicos de la gastronomía  catalana.  Es consumido entre los meses de febrero y mediados de marzo. Ésta valorada cebolla es colocada a la brasa y se adereza con una salsa de romesco (salsa típica catalana hecha a base de tomate, almendras, ajo, pimientos, pan y aceite de oliva).

En la segunda semana de febrero tuve mi primera experiencia en una calçotada (una actividad casi tan importante como la cena de Noche Buena), en la casa de  mis suegros. Allí había reunida cerca de 15 personas y confieso que me sorprendió ver el ritual que se seguía. Las personas se colocan un babero para evitar ensuciar sus ropas, y hay quienes lo comen con guantes para no ensuciarse las manos con el hollín, producto del fuego. Aunque suene paradójico, los calcots no son el plato fuerte, sino más bien, el entrante. Por lo que después de consumir todos los calcots que el organismo pueda soportar (cada comensal, mínimo, come cerca de 25 unidades de calcots, aproximadamente), entonces se procede al plato fuerte de la jornada: una variedad de carnes a la brasa. Todo esto ocurre entre risas, cuentos, ocurrencias y, obviamente, un par de cervezas o una copa de vino. 

Confieso que realmente los calçots son muy sabrosos, pero, a pesar de ello, no entiendo porque le tienen tanta pleitesía si solamente son cebollas. Aunque, estoy segura que lo mismo piensa mi novio acerca de la devoción de los dominicanos por las “habichuelas con dulce”, la cual considera casi una abominación culinaria, pues cuando le dije que le vertíamos leche, batata, pasas y galletas a las habichuelas estuvo a punto de regurgitar. Creo que al final todo se resume a la cultura. Por lo general, nuestro paladar ama todo aquello que nos recuerda el lugar del cual venimos, sea una cebolla o un grano de habichuela.

PD: Me atrevo a asegurar que al igual que a Popeye la espinaca le daba fuerza, a Lionel Messi los calçots deben darle lo suyo.


  

Un papel de baño... por favor




Para mí, la Navidad es la época más mágica y hermosa que pueda existir. Es una temporada familiar, colmada de amor, en la que se renuevan las esperanzas. Una celebración llena de color, luces y, especialmente, tradiciones.

Precisamente, ahora que estoy viviendo en Manresa he podido apreciar más de cerca lo significativa que es la Navidad para los catalanes, pero también la manera tan peculiar en que la celebran. He llegado a pensar que en vez de festejarla en la sala o el comedor deberían hacerlo en el baño. A seguidas entenderán mis razones.

El Caganer


El caganer es una figurita que se haya en todos los belenes catalanes. Es un hombrecito que se encuentra escondido, muy próximo al pesebre, agachado, con los pantalones bajados, el trasero al descubierto y, obviamente, ca…

La primera vez que lo vi no salí de mi asombro y de mi risa, y aún me sigue provocando hilaridad. Ante mi reacción mi novio sólo atinó a decirme: “no sé por qué te sorprende tanto. Para mí es imposible imaginarme un belén sin un caganer. Es como si el nacimiento no tuviese pastores o estrella”, -de más está decir que me quedé sin palabras ante tal expresión-. 

El Caga Tió


Tió es una palabra catalana que significa “tronco”, así que podrán deducir el significado de “Caga Tió”.

El Caga Tió es uno de los personajes más emblemáticos de las navidades en Cataluña. Se trata de un pedazo de tronco, cubierto con una manta roja, que según la tradición los niños deben golpear con palos cantando al unísono la canción del Caga Tió, para que el tronco ca… regalos de navidad.  

El sorteo de Navidad

Pero no todo fue ca… en esta Navidad. Otra de las cosas que me llenó de sorpresa y satisfacción fue ver el sorteo de Navidad de España. A diferencia de mi país, donde utilizan a personas no videntes, para este especial sorteo los niños del colegio San Ildefonso de Madrid se encargan de extraer y cantar los bolos que pueden cambiar la vida de muchas personas gracias a los cientos de millones de euros que se sortean. Y, en efecto así ocurrió. Este año, una de las historias que más me tocó el corazón fue la de un inmigrante africano que había llegado a España en Patera (el equivalente a una yola en República Dominicana). Cuando aquel joven despertó a las 7:00 de la mañana del día 22 de diciembre tenía menos de 5 euros en el bolsillo que no le daban ni para comer. Y, antes del mediodía, Dios le cambió la vida. Aquel emigrante Senegalés había ganado 400 mil euros. Un gran milagro de la Navidad.  Sus ojos no paraban de fabricar lágrimas y la emoción cortaba sus palabras. Él fue solo uno de los tantos ganadores.


Honestamente, he vivido una Navidad peculiar, bonita, emotiva y hasta un poco nostálgica por estar distante de mi familia. Pero sin duda ha sido de gran bendición. Las navidades en Cataluña son muy bonitas, pero, para mi gusto, le agregaría un poquito de “sopita” de sabor (caldito) con par de merengues navideños de mi emisora de siempre ¡Cima Sabor Navideño!